La clase está vacía. Esa mañana la profesora entra por primera vez tras las vacaciones estivales, mira las paredes desnudas, las mesas limpias, las estanterías ordenadas pero sin vida y piensa:
_"Otro curso comienza; unos se han ido y otros vuelven a empezar. ¡Sigue la rueda!"
Se fija en las paredes desnudas y decide que las va a dejar así de momento: un nuevo grupo de niños y niñas va a pasar por esa clase durante dos años y sabe que esas paredes se irán llenando de cosas interesantes, muy interesantes...
Esta es la historia de las aulas de cualquier colegio: un grupo se adueña de ellas por un tiempo. Trabajan, aprenden, ríen, lloran, juegan y... se van al instituto.
Eso es lo que ocurre en este aula de paredes desnudas.
La señorita no se preocupa, lleva ya muchas "horas de vuelo" a sus espaldas y espera con ilusión al nuevo grupo. Sabe que hay mucho trabajo por delante y, mientras sonríe, piensa:
_"Queridos niños y niñas de 5º, os doy la bienvenida después de otro largo verano. ¡Volvemos a empezar! ¡A trabajar!"
_"Otro curso comienza; unos se han ido y otros vuelven a empezar. ¡Sigue la rueda!"
Se fija en las paredes desnudas y decide que las va a dejar así de momento: un nuevo grupo de niños y niñas va a pasar por esa clase durante dos años y sabe que esas paredes se irán llenando de cosas interesantes, muy interesantes...
Esta es la historia de las aulas de cualquier colegio: un grupo se adueña de ellas por un tiempo. Trabajan, aprenden, ríen, lloran, juegan y... se van al instituto.
Eso es lo que ocurre en este aula de paredes desnudas.
La señorita no se preocupa, lleva ya muchas "horas de vuelo" a sus espaldas y espera con ilusión al nuevo grupo. Sabe que hay mucho trabajo por delante y, mientras sonríe, piensa:
_"Queridos niños y niñas de 5º, os doy la bienvenida después de otro largo verano. ¡Volvemos a empezar! ¡A trabajar!"
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